ANTONIO MACHADO (1875-1939)
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Antonio Machado
Ruiz (1875-1939) poeta y escritor que se inició en 1930 en la Logia Mantua,
de Madrid, perteneciente a la Gran Logia Española |
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Antonio Machado Ruiz
(Sevilla, 26 de julio de 1875 - Collioure, Francia, 22 de febrero de
1939) fue un poeta español, miembro tardío de la Generación del 98 y
uno de sus miembros más representativos. Su obra inicial suele
inscribirse en el movimiento literario denominado Modernismo.
Su abuelo, masón, Antonio
Machado Núñez, fue Rector de la Universidad de Sevilla y gobernador de
esta provincia con los progresistas. Fue Venerable de la logia sevillana Fraternidad Ibérica en 1872. Pasó después a la
Universidad de Madrid siendo expulsado de su cátedra, junto con
Castelar y Giner de los Ríos entre otros, por protestar contra la
imposición legal del juramento.
Su padre, Antonio Machado
Álvarez "Demófilo", amigo de Joaquín Costa y de Francisco Giner de los
Ríos, publicó numerosos estudios sobre el folclore andaluz y gallego.
Su abuelo, Antonio Machado Núñez, era médico y profesor de Ciencias
Naturales. En 1883, su abuelo fue nombrado profesor de la Universidad
Central de Madrid y toda la familia se traslada con él a dicha ciudad.
Antonio Machado completa entonces su formación en la célebre
Institución Libre de Enseñanza, fundada por Francisco Giner de los
Ríos.
En 1899, Antonio Machado
viaja a París, donde vive su hermano el poeta Manuel, con quien en lo
sucesivo emprenderá una carrera conjunta de autores dramáticos, y
trabaja de traductor para la Editorial Garnier. Allí entrará en
contacto con, por ejemplo, Oscar Wilde y Pío Baroja y asiste a las
clases del filósofo Henri Bergson, que le impresionan profundamente.
De vuelta a Madrid entabla amistad con Juan Ramón Jiménez y publica
Soledades (1903).
En 1907 publica Soledades,
Galerías y Otros poemas, una versión ampliada de Soledades, y gana las
oposiciones al puesto de catedrático de francés. Elige la vacante del
instituto de Soria, donde entabla amistad con Vicente García de Diego
que era catedrático de latín y griego del mismo instituto.
En 1912 publica Campos de
Castilla, acercándose a las inquietudes patrióticas de los autores de
la Generación del 98. En Baeza, en 1917, conoce a Federico García Lorca, con el que entabló gran amistad. En 1919 se traslada a Segovia
y comenzará a participar en las actividades de la reciente Universidad
Popular. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española, si
bien nunca llegó a tomar posesión de su sillón. Se le nombró en
Segovia Presidente de la Agrupación al Servicio de la República,
fundada por Ortega, Marañón y Pérez de Ayala. En 1932 se le concede un
puesto de profesor en el Instituto Calderón de la Barca, de Madrid.
En tres de los poemas de Machado hay
menciones a la palabra masón. La primera en el libro “Nuevas
Canciones” publicado en 1924, dice:
“En Santo Domingo
la misa mayor.
Aunque me decían
hereje y masón
rezando contigo,
¡cuánta devoción!”
La otra está en un poema largo y muy
importante que inicia el cancionero apócrifo de Abel Martín, incluido
en “Los Complementarios” publicado en 1928; aunque después me referiré
a una versión anterior. La palabra aparece en dos estrofas, que copio:
la primera sólo parcialmente.
Recuerdos de sueño, fiebre y
duermevela
“Esta maldita fiebre
que todo me lo enreda,
Dormido estás: despierta.
¡Masón, masón!
Las torres
bailando están en rueda.
Los gorriones pían
bajo la lluvia fresca.
¡Oh, claro, claro, claro!
Dormir es cosa vieja,
y el toro de la noche
bufando está a la puerta.
…
¡Oh, claro, claro, claro!
Ya están los centinelas
alertas. Y esta fiebre
que todo me lo enreda! ...
Pero a un hidalgo
no se ahorca; se degüella,
señor verdugo. ¿Duermes?
Masón, masón, despierta.
Nudillos infantiles
y voces de muñecas”.
La tercera mención a los masones lleva
por título:
Al joven meditador José Ortega y
Gasset
“A ti laurel y hiedra
Corónente, dilecto
De Sofía Arquitecto.
Cincel, martillo y piedra
y masones te sirvan; las montañas
de Guadarrama frío
te brinden el azul de sus entrañas,
meditador de otro Escorial sombrío.
Y que Felipe austero,
al borde de su regia sepultura
asome a ver la nueva arquitectura,
y bendiga la prole de Lutero”
Machado había sido iniciado
en la Masonería y el responsable de que esto se supiera fue Emilio
González López que publicó un artículo en una revista masónica de
lengua castellana titulada El Sol de la Fraternidad en Nueva
York el 26 de octubre de 1957 titulado; “Antonio Machado y la
Masonería”. Al parecer, el artículo de González López, se publicó en
un programa para el gran festival anual que tuvo lugar en Nueva York
para los masones de habla española. Allí decía:
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Antonio
Machado, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset y Ramón Pérez de
Ayala cofundadores de la "Agrupación al Servicio de la República"
en un acto de dicha asociación en 1931 |
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“Uno de los grandes espíritus
generosos, llenos de amor por la humanidad y de simpatía por sus
semejantes, fue el poeta español Antonio Machado, figura cumbre de la
poesía española contemporánea y de todos los tiempos. Machado antes de
ingresar en la logia Mantua, logia madrileña de la Gran Logia
Española, había mostrado siempre en todos y cada uno de sus poemas ese
mismo espíritu fraternal por todo lo creado, por las criaturas humanas
y por los otros seres de la naturaleza animada e inanimada, que
constituye el fondo del alma masónica”.
El profesor Emilio González López,
había sido catedrático de Derecho Penal en las Universidades de
Oviedo, Salamanca y Barcelona y uno de los tres fundadores de la
Federación Universitaria Escolar (FUE) y su primer Secretario General;
diputado en tres legislaturas durante la República,
en 1939 se exilió a los Estados Unidos donde primero enseñó en el
Departamento de Lenguas rornánicas del Hunter College de Nueva York y
luego dirigió el programa para el Doctorado de Español en la City
University of New York.
González López añade que
Antonio Machado se inició en 1930 en la Logia Mantua, perteneciente a
la Gran Logia Española a la que él también pertenecía. Allí fue donde
le conoció. Le presentó en ella Leonardo Martín Echeverría que fue,
como él, catedrático del Instituto de Segovia. El Venerable de la
Logia era Paul y Almarza, ateneísta y descendiente del político
republicano Paul y Angulo. El orador Antonio Fernández de Velasco.
González López también se
inició en la Logia Mantua de la Gran Logia Española en 1925. En 1927
fue a Alemania a ampliar estudios; provisto de una carta de
introducción que le dio un amigo militar alsaciano, pariente del
político francés Jules Moch, trabajó masónicamente en Munich. Fue allí
Venerable de una Logia. De regreso (1928) volvio a la logia Mantua,
donde fue Orador.
La Gran Logia Española se
constituyó en 1920 como consecuencia de la ruptura de la Gran Logia
Regional Catalano-Balear con el Gran Oriente Español: ello le permitió
extender su actividad a todo el territorio nacional. Las nuevas logias
madrileñas de esta Obediencia se reunían, en efecto, en un hotel
situado en la calle de Alcalá 171, número que después pasó a ser el
193. La Logia Mantua nº 31 fue la primera de la nueva Obediencia que
hubo en Madrid.
Otra fuente de información
importante figura en uno de los tomos de las Memorias del político
socialista Vidarte, que afirma que Machado se inició en la Logia
Mantua en fecha cercana a la de su fundación, asistiendo regularmente
a las tenidas semanales. Y escribe lo siguiente: “Pronto me di cuenta
de que estábamos divididos prácticamente en dos grupos: los que habían
ido allí por preocupaciones filosóficas y los que fuimos por
inquietudes políticas. El Secretario, Gómez de la Serna, encabezaba el
que pudiéramos llamar grupo filosófico, y nuestro Venerable, eminente
doctor de ilustre apellido, el segundo. Era fácil clasificar a los
nuevos iniciados, por el tema elegido para poder aspirar al Grado de
Maestro. Si el tema versaba sobre Dios, el racionalismo, la
tolerancia, la libertad de conciencia, etc., inmediatamente lo
clasificábamos entre los filosóficos; si, por el contrario, elegían la
figura de un masón ilustre en el mundo político o algún acontecimiento
de este carácter, ya sabíamos que comenzaba una «Tenida» muy movida, y
que saldríamos de la Logia a la una o las dos de la mañana”.
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Homenaje a Antonio Machado en Soria, el 5 de octubre de 1932, en la
plazoleta frente a la ermita de San Saturio, con motivo de su
nombramiento como hijo adoptivo de la ciudad. En la mesa, sentados,
Antonio Machado y el alcalde de Soria, Antonio Royo; de pie, a la
izquierda, Bienvenido Calvo, teniente de alcalde del ayuntamiento y
uno de los promotores del acto |
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Con el estallido de la Guerra
Civil Española, Antonio Machado marcha a Valencia. Vivió en la
localidad de Rocafort desde noviembre de 1936 hasta marzo de 1938. A
finales de enero de 1939, y ante la inminente ocupación de la ciudad,
sale de Barcelona y llega finalmente a Collioure (Francia), en donde
muere el día 22 de febrero.
Extractado de: José
Antonio García-Diego y Ortiz (Fundación Juanelo Turriano), Antonio
Machado y Juan Gris. Dos artistas masones, Madrid, 1990.
ALGUNOS POEMAS DE MACHADO
CUANDO SE FUE EL MAESTRO...
A Don Francisco Giner de los Ríos
Cuando se fue el maestro
la luz de esta mañana
me dijo: Van tres días
que mi hermano Francisco no trabaja.
¿Murió? Sólo sabemos
que se nos fue por una senda clara
diciéndonos: Hacedme
un duelo de labores y esperanzas.
Sed buenos y no más, sed lo que he
sido
entre vosotros: alma.
Vivid, la vida sigue
los muertos mueren y las sombras pasan
lleva quien deja y vive el que ha
vivido.
!Yunques sonad; enmudeced campanas!
Y hacia otra luz más pura
partió el hermano de la luz del alba,
del sol de los talleres,
el viejo alegre de la vida santa.
Llevad amigos
su cuerpo a la montaña
a los azules montes
del ancho Guadarrama.
Allí hay barrancos hondos
de pinos verdes donde el viento canta.
Su corazón repose
bajo una encina casta,
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas.
Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.
LA SAETA
Dijo una voz popular:
«Quién me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?»
Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos
siempre por desenclavar.
Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz.
Cantar de la tierra mía
que echa flores
al Jesús de la agonía
y es la fe de mis mayores
!Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!
ANOCHE, CUANDO DORMÍA
Anoche, cuando dormía,
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?
Anoche, mientras dormía,
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón,
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas
blanda cera y dulce miel.
Anoche, mientras dormía,
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche, mientras dormía
soñé, ¡bendita ilusión,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio
de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el
limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de
Castilla;
mi historia, algunos casos que
recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín
he sido
-ya conocéis mi torpe aliño
indumentario-,
mas recibí la flecha que me asignó
Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de
hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre
jacobina,
pero mi verso brota de manantial
sereno;
y más que un hombre al uso que sabe su
doctrina
soy, en el buen sentido de la palabra,
bueno.
Adoro la hermosura y en la moderna
estética
corté las viejas rosas del huerto de
Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual
cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo
gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores
huecos
y el coro de los grillos que cantan a
la luna.
A distinguir me paro las voces de los
ecos,
y escucho solamente, entre las voces,
una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar
quisiera
mi verso, como deja el capitán su
espada:
famosa por la mano viril que la
blandiera,
no por el docto oficio del forjador
preciada.
Converso con el hombre que siempre va
conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios
un día-;
mi soliloquio es plática con este buen
amigo
que me enseñó el secreto de la
filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme
cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que
habito,
el pan que me alimenta y el lecho
donde yago.
Y cuando llegue el día del último
viaje,
y está al partir la nave que nunca ha
de tornar
me encontraréis a bordo, ligero de
equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la
mar.
CAMINANTE
Caminante son tus huellas
el
camino nada más;
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino
sino estelas sobre el mar.
¿Para que llamar caminos
A los surcos del azar...?
Todo el que camina anda,
Como Jesús sobre el mar.
Yo amo a Jesús que nos dijo:
Cielo y tierra pasarán.
Cuando cielo y tierra pasen
mi palabra quedará.
¿Cuál fue Jesús tu palabra?
¿Amor?, ¿perdón?, ¿caridad?
Todas tus palabras fueron
una palabra: Velad.
Como no sabéis la hora
En que os han de despertar,
Os despertarán dormidos
si no veláis; despertad.
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.
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